viernes, julio 21, 2006

Conociendo a mis lectores

Tres amigos van a tomar un café. Conversan animadamente. Luego de un buen rato terminan sus cafés y deciden irse por lo que piden la cuenta. El mozo les dice que son 30 pesos. Cada uno pone entonces 10 pesos. El mozo agarra la plata y se la lleva al cajero, el cual lo increpa: "Bruto, se te olvidó hacerles el descuento. Diles que la cuenta salió sólo 25 pesos". Entonces el cajero le devuelve 5 pesos al mozo.

El mozo, complicado por dividir los 5 pesos en 3 (por los tres amigos), decide devolverles 1 peso a cada uno y quedarse con 2 pesos como propina y así todos quedan contentos.

Entonces, resumiendo, cada amigo puso 9 pesos (10 menos el peso devuelto por el mozo), lo cual suma 27 pesos, el mozo tiene 2 pesos más, lo que sumado a lo anterior da 29 pesos. Y si el mozo les cobró 30 pesos, dónde está el peso que falta?

A pensar....

jueves, julio 20, 2006

Rosa Roja

Andando en busca de flores, un día me encontré con una Rosa Roja.
Era la flor más bella que nunca vi. Su aroma me atontaba por lo profunda y exuberante. Fragancia de dioses. Su colorido me aturdía, su luminosidad deslumbraba a mi alma.
Su inexplicable atractivo me cautivaba... sobrepasaba mi racionalidad, mi irracionalidad. Sólo pensaba en ella. Rosa Roja, me enamoraba.
La deseaba más que nada, lo daba todo por ella, todo lo hacía para poseerla. La quería tocar. Sí, quería tomarla con mis manos y sentirla, acariciarla hasta extasiarme.
La Rosa Roja me seducía, me embelezaba, me incitaba a acercarme, me llamaba a quererla...
...pero si me acercaba, sus espinas me herían, si osaba tocarla, mis dedos sangraban. ¡Qué desgracia!, por que si me alejaba, la
Rosa Roja se marchitaba.
No me acercaba por temor a herirme, pero no me alejaba
por temor a perderla.
Y en esto me encontraba cuando un triste día al despertar, la Rosa Roja
ya no estaba, ya no existía. Se había ido.
Nunca la pude poseer.
Nunca quiso ser poseída.
Ahora sólo pienso si alguna vez volveré a encontrar
de nuevo una Rosa Roja.

jueves, julio 13, 2006

Música en mi vida

Anoche estuve haciendo memoria de los recitales que he ido y me puse a escribirlos. Recuerdo que en el año 1989 me fui a USA de viaje a ver a mi hermano que vivía por allá. Me estaba esperando con entradas para ver a Yes en vivo en New York. Yo no lo podía creer. El me ponía sus discos desde que tenía 2 años. El día anterior al recital, no pudo encontrarlas, se le habían perdido. Aún no me repongo del trago amargo.

De todos los recitales que he ido, Cocteau Twins esta en el pináculo. Los vi en Londres en una disco, con muy poca gente. Estaba como a diez metros del escenario. Lo impresionante de todo es que sonaban igual que en estudio. No podía creer la voz de Elizabeth Fraser. Muy introvertida también. Me conocía todas las canciones que tocaron. Recién habían editado Milk and Kisses. Lo que más cantaron fue de Heaven or las Vegas, que para mí es su mejor disco. La verdad es que fue un sueño. Fué su última presentación en vivo antes que se disolvieran en 1998.

A The Cure también los ví en Londres. Recuerdo que el que no iba de negro era mirado como extraño. Las pintas que habían eran para revista de freaks. Mucho pelo escarmenado y pintado. Mucho punk también. Al entrar no lo podía creer. tenía mi asiento numerado en platea, al lado de dos punkys. Dejé mi chaqueta en el respaldo del asiento y nadie me tocó en toda la noche. Creo que no pude hablar como en 2 días de lo afónico que quedé.

En Chile el más fuerte que fuí fue al de Beastie Boys en el Caupolicán. Por suerte fui al segundo piso pues en el primero no pararon de bailar Slam. Había un guatón como de 2 metros sin polera que se tiraba sobre todo el mundo, luego de un rato se convirtió en el rey de la noche. Nadie se atrevía a acercarce como a 5 metros del tío por temor a ser aplastado. Mientras, otros locos se subían corriendo al escenario y se tiraban de piquero al público antes de que los guardias los agarraran. El grito de la canción Sabotage todavía se puede escuchar.

De los que me faltaron fue Tears for Fears el que más me duele. Una vez estuve a punto de irme a Brasil a escucharlos. También me apena no haber visto a Bowie.

Aquí está la lista de los que me acordé:

  1. Electrodomésticos, Santiago, Galpón Matucana, 1986
  2. La Banda del pequeño Vicio, Santiago, 1987
  3. Los Jaivas, Valparaiso, Estadio Playa Ancha, 1988
  4. Lito Vitale, Concón, Dunas, 1988
  5. Rod Stewart, Santiago, Estadio Nacional, 1989
  6. UB40, Santiago, San Carlos de Apoquindo, 1989
  7. Jean Luc Ponty, Santiago, Estadio Chile, 1989
  8. Cindy Louper, Santiago, Estadio Nacional, 1990
  9. David Byrne, Santiago, Estadio Chile, 1990
  10. Eric Clapton, Santiago, Estadio Nacional, 1990
  11. De Lucia, Dimeola, Maclaughlin, Santiago, Court Central Estadio Nacional, 1990
  12. B.B. King, Santiago, Court Central Estadio Nacional, 1990
  13. Herbie Hancock, Al Di Meola, Stanley Clarke, Santiago, Estadio Chile, 1990
  14. Amnistia Internacional, Santiago, Estadio Nacional, 1991
  15. Yes, Viña del Mar, Quinta Vergara, 1992
  16. Peter Gabriel, Santiago, Velódromo Estadio Nacional, 1993
  17. Jethro Tull, Viña del Mar, Quinta Vergara, 1993
  18. Santana, Santiago, Parque Intercomunal La Reina, 1993
  19. Pat Metheney, Santiago, San Carlos de Apoquindo, 1993
  20. B-52's, Joe Cocker y Brian May, Santiago, Velódromo Estadio Nacional, 1993
  21. Paul McCartney, Santiago, Estadio Nacional, 1993
  22. Depeche Mode, Santiago, Velódromo Estadio Nacional, 1994
  23. Beastie Boys, Santiago, Caupolican, 1994
  24. Rolling Stones, Santiago, Estadio Nacional, 1995
  25. Simple Minds, Santiago, Estadio Chile, 1995
  26. Luis Alberto Spinetta, Santiago, Santa Rosa de las Condes, 1995
  27. Zimbo Trio, Santiago, Santa Rosa de las Condes, 1995
  28. The Cure, Londres, Earls Court Olympia, 1996
  29. Cocteau Twins, Londres, Ministry of Sound, 1996
  30. Robert Plant y Jimmy Page, Viña del Mar, Estadio Sausalito, 1996
  31. Presuntos Implicados, Madrid, 1996
  32. Jamiroquai, Santiago, Caupolican, 1997
  33. Emerson Lake and Palmer, Santiago, Estadio Chile, 1997
  34. Marillion, Santiago, Estadio Chile, 1997
  35. Soda Stereo, Viña del Mar, Santiago, (Sausalito, Caupolicán, Nacional), 1995, 1996, 1997
  36. Oasis, Santiago, San Carlos de Apoquindo, 1998
  37. ELO, Santiago, Estación Mapocho, 2003
  38. Rinocerose, Santiago, Espacio Riesco, 2004
  39. Human League, (Londres , Santiago), Espacio Riesco, 1996, 2004
  40. U2, Santiago, Estadio Nacional, 2006

martes, julio 11, 2006

Comida de Lunes

Luego de un cansador día de trabajo y un duro entrenamiento de dos horas en el gimnasio, llego a mi casa a comer con el hambre de un león. Me preparo lo siguiente:
  • Ensalada de lechuga preparada con lechuga española, lechuga romana, lechuga crostina, espinacas y tomate pomodoro cortado en trocitos.
  • Espárragos verdes
  • Palmitos
  • Choclo peruano
  • Atún en aceite (un tarro) con mayonesa blanca Kraft.
  • Todo aliñado con aceite de oliva extra virgen, aceto balsámico de módena y pimienta fresca.
  • Un vaso de agua filtrada
  • Un yogurt de frutos del sur de postre

Bueno, uno sabe siempre lo que comen las figuras importantes, por lo que desde ahora, de vez en cuando publicaré lo que como yo.

lunes, julio 10, 2006

Viva L'Italia

Auguri ragazzi!!!, adesso siamo tutti italiani

viernes, julio 07, 2006

UNA SEDUCCION (parte final)

Pocos meses después terminamos con Javiera. La verdad es que después de esa ocasión en Zapallar todo fue cuesta abajo entre los dos. El mismo día que terminamos llamé a Carolina, la amiga que me presentó a Andrea la primera vez que nos vimos, para pedirle su teléfono. Carolina me dijo que hace años que no la veía y que no tenía sus coordenadas. Quise ahorcarla en ese mismo instante. Ella entendió perfectamente lo que me pasaba. Nuevamente le había perdido la pista y no tenía la más remota idea de cómo encontrarla. Me prometí no emparejarme con nadie más hasta que la volviera a ver.

Ella puso sus manos en mi cabeza y la alejó de sí. Entonces se puso de píe, me tomó fuertemente con su mano y así me condujo hasta la pieza. Me recostó en la cama. Se puso de rodillas a mi costado y con sus dos manos empezó. Luego, se inclinó y siguió con su boca. Sabía hacerlo, vaya si sabía hacerlo. Su lengua recorría completamente en toda su extensión, mientras con su mano derecha acariciaba sin parar. Cada vez más adentro. De pronto se detenía y me tocaba el extremo con la punta de su lengua, para luego abrir la boca completamente y saborear como si fuera un helado que se está derritiendo. Aumentó el ritmo y entonces no pude contenerme más. Siguió solamente con la mano hasta que finalmente me hizo llegar al orgasmo. Fue como si nunca antes en mi vida hubiese llegado.

La semana pasada era mi cumpleaños. Al prender las luces luego de apagar las velas se aparece Carolina y me dice que me tenía una sorpresa, que me había traído un regalo de cumpleaños, que estaba segura me iba a gustar. Me cuenta que había estado con Andrea hace unos días atrás y que le había preguntado mucho por mí, que le había dicho que el destino no quería juntarnos pues siempre uno de los dos estaba con alguien más. Un temblor recorrió todo mi cuerpo. Casi gritando le pregunte por qué no la había traído. Me dijo entonces que la había invitado pero que no podía pues se iba hoy a Zapallar, sola, de vacaciones por una semana. Entonces, me pasó un papel en donde estaba anotado el hotel en que Andrea iba a estar, diciéndome: “Feliz Cumpleaños”. Al día siguiente estaba yo en mi jeep con rumbo a Zapallar, siguiendo un instinto como nunca antes me había pasado.

Mi erección no cesó y ella, excitada como estaba, tomó mi mano y la puso en su entrepierna. Me pedía más. Le pedí que se pusiera de rodillas sobre la cama, con el cuerpo totalmente erguido. Ella seguía no me soltaba. Me puse detrás en su misma posición y la abracé con mi mano derecha, mientras con mi mano izquierda la tomaba completamente. Me rogó que entrara. Mis manos tomaron sus pechos y puso sus manos detrás de mí presionándome hacia sí. Estábamos tan juntos que parecíamos un solo cuerpo moviéndose frenéticamente hacia arriba y hacia abajo. Presioné fuertemente su entrepierna. Comencé a mover mi mano derecha en círculos. Sus gemidos no paraban. Su cara estaba en éxtasis, su cuerpo tiritaba y su piel se había puesto de gallina. Se inclinó hacia delante, apoyándose en la cama, dando su espalda hacia mi. Pude ver completamente como entraba y salía. Ella se dio vuelta para mirarme, para ver mi cara de excitación. Nos reímos. Volvió a enderezarse y se giró levemente para darme un beso. Me pidió que intentáramos llegar juntos.

Al llegar al hotel le pregunté al recepcionista por la habitación de Andrea. El obviamente no quso darme esa información, que era confidencial, por lo que tuve que contarle toda la historia. Para conmoverlo un poco le dije que era el amor de mi vida y que esta era mi última oportunidad para estar con ella. La jugada me resultó, pues sólo movio la cabeza de lado a lado y sin decir nada se puso a buscar en sus registros. Después de un rato, me dijo que se alojaba en la 3A. Yo le pregunté cuál era la pieza más cercana y me contestó que la 3B y que estaba vacía. Parece que la suerte esta vez estaba de mi lado. Le pedí que no le dijera nada cuando la viera. El me respondió que no me preocupara pues había partido de excursión y que no volvería hasta tarde.

Entonces, me puse sobre ella, la abrace, comencé a besarla. Primero su vientre, luego sus pechos, primero uno, luego el otro. Subo por el cuello y termino en esos carnosos labios rojos. Sus profundos ojos azules penetraban en los míos. Sus manos me arañaban la espalda. No podíamos dejar de besarnos. Vientre contra vientre. Piel contra piel. Yo adentro de ella y ella pidiéndome más. Estábamos desenfrenados. Era como si quisiéramos fusionarnos en un solo ser. Los dos temblábamos y gritábamos. El sudor cubría nuestros cuerpos haciendo que cada movimiento fuera un suave deslizarse, como una máquina perfectamente lubricada. De pronto no aguantamos más, un escalofríos simultaneo nos recorrió, traspasados por una especie de electricidad que nos paró hasta el último pelo de nuestro cuerpo. Llegamos al climax, gritamos en conjunto, entornamos los ojos y nuestros cuerpos se pusieron tensos y tirantes para luego caer en un profundo relajo. Los dos mojados completamente. Exhaustos. Y así, sin dejar de abrazarnos y de mirarnos nos lanzamos a reir a carcajadas.

Estaba en mi pieza cuando alguien toca a la puerta, ya era tarde por lo que me extrañé. Al abrirla me encuentro con ella. Más linda que nunca, con sus rizos dorados moviéndose por la brisa del atardecer. Vestida con un vestido blanco que transparentaba y mostraba toda su espectacular figura. Iluminada como si un coro de ángeles se hubiera posado sobre ella. ¿Qué haces acá?, me preguntó sacándome de mi ensueño. Vine a verte a ti le respondí, vine a buscarte. Desde que te vi por primera vez supe que eras tú la mujer de mis sueños, repuse sin titubear. Ella pareció turbada y se quedó paralizada con mi respuesta. La tome de la mano y sentí en ese momento que era cierto, que no había sido un simple sueño, que no era producto de mi imaginación. Ella también me quería. Estaba temblando. Era de pasión. Se acercó a mí y me abrazó fuertemente. Entonces, la comencé a besar.

jueves, julio 06, 2006

UNA SEDUCCION (parte 1)

Este es un cuento circular, parte donde termina, o termina donde parte. La historia la escribí hace años atrás y nunca se la había mostrado a nadie. Quizas por que es un poco fuerte en su relato. Es un ejercicio que me propuse para ver cómo me salía un cuento erótico. Creo que todavía me falta indagar bastante más en este género pues debo admitir que el pudor aún me coarta.

La comencé a besar. Empecé por el cuello y luego subí hasta su boca. Ella quería que parara, se resistía. Entonces alejé mi cabeza y me quedé mirándola directo a los ojos. De pronto vi que se sonrojaba. No había duda, no abrí la boca, puse mis manos detrás de su cuello y suavemente comencé a desatar los tirantes de su vestido. Ella tenía puesto ese día un vestido blanco, ceñido a su cuerpo, que delataba toda su espléndida figura. Solté las amarras de sus tirantes. ¿Qué estás haciendo? Me preguntó haciéndose la ingenua, pero ahora no se resistió y el vestido cayó al suelo revelando completamente sus senos, pequeños pero firmes y erectos. Sus pezones se contrajeron y se pusieron duros. Tomé con mis dos manos los extremos de su calzón y comencé a bajarlo, lentamente, hasta sacarlo por completo. Me alejé y contemplé la figura, completamente desnuda, que se exponía ante mí. Ninguna palabra salió de nuestros labios.

Hace diez años la conocí. Estaba en el cumpleaños de una amiga cuando ella se apareció y fue como si el sol hubiese iluminado la noche. Por un momento sentí que el corazón se me salía por la boca y todo a mi alrededor se congelaba. Sólo ella se movía. De pronto viene hacia mí y mi amiga Carolina nos presenta. Ella es Andrea, me dice. Yo me atraganté y no pude pronunciar una palabra. Ella notó mi turbación y una malvada sonrisa se dibujó en sus labios. Nunca me había sentido tan torpe con una mujer. Por más que intentaba articular alguna palabra, nada cuerdo salía de mi boca. Era ella la que llevaba la conversación y claramente se reía de mi torpeza y adivinaba lo que me pasaba. De pronto alguien se la lleva a otro lado y ya no pude o no fui capaz de acercarme nuevamente en toda la noche.

Ahí estaba ella, presentándome toda su intimidad. Me acerqué, la abracé y comencé a besarla apasionadamente mientras mis manos recorrían ansiosamente todo su cuerpo. Me sacó la camisa y luego me desabotonó mis pantalones. Yo no paraba de acariciar su cuerpo, mientras ella me dejaba completamente desnudo. El calor era insoportable y nuestros cuerpos estaban tan húmedos que brillaban y se volvían pegajosos.

Ya había perdido toda esperanza cuando, al final de la noche, la veo acercarse hacia mí. Se para al frente, completamente segura de sí misma y me dice lo siguiente: “Me hubiera encantado haberme quedado conversando contigo toda la noche, ¿por qué no me buscaste?”. Me sentí un completo idiota. ¿Es que me encontraste muy fea?, segunda estocada. Le pregunté si la podía llamar y me dijo que le encantaría pero que estaba pololeando. Ahí termino de aplastarme cual cucaracha.

La luz de la Luna nos iluminaba a través de la ventana. Ahí estábamos los dos, completamente desnudos, contemplándonos. La tomé de la mano y lentamente la guié hasta el baño. Encendí la ducha y nos introdujimos lentamente. Nos paramos uno frente al otro. Comencé a enjabonar todas las partes de su cuerpo. Partí por el cuello, luego suavemente froté sus pechos, me quedé ahí por un rato. La di vuelta suavemente y puse una mano en su vientre y otra en la espalda. Mi excitación ya había alcanzado su máximo y ella lo había notado. Me tomó con su mano y comenzó a frotarme. Un placer alucinante se apoderó de mí. Tuve que concentrarme para no llegar al orgasmo en ese momento. Yo, mientras, seguía acariciando su vientre. Entonces tomé el jabón y puse mi mano en su entrepierna. Sentí un pequeño gemido que me hizo excitarme aún más, si eso fuera ya posible. Comencé a sobar su entrepierna con mi mano izquierda por delante y con mi mano derecha por detrás, sintiendo cómo ella se ponía tensa de placer. Sus ojos se cerraban y su cabeza se inclinaba hacia atrás.

No la volví a ver hasta cinco años después. Estaba en Zapallar, en la playa, almorzando con Javiera, mi polola de entonces, cuando de pronto alguien me toca por atrás y me dice: ¿te acuerdas de mi?. Estaba más linda aún que la vez anterior, si eso era posible. Nuevamente no supe como reaccionar. Javiera se dio cuenta de mi turbación y me pegó un codazo diciendo: ¿No nos vas a presentar?. Sabía que estaba en peligro. Y estaba en lo cierto, todos mis sentimientos hacia ella desaparecieron en ese instante. Javiera, ella es Andrea dije. Si, su nombre era Andrea, nunca se me olvidaría. A lo que Javiera agrego: “Su polola”. Eso me cayó como patada en la guata. Andrea dijo: “Vaya, parece que el destino siempre está jugando con nosotros. Ahora soy yo la soltera”. Ahí nos despedimos pues notó inmediatamente la cara de furia de Javiera y prefirió no seguir torturándome.

Corté la ducha y sin dejar de tocarnos la senté en el banitorio. Abrí sus piernas y deje su sexo expuesto ante mi. Ella me daba besos en la boca y en el cuello. Me incliné la besé en el vientre, deteniéndome antes de llegar al pubis. Luego, introduje mi cabeza entre sus piernas y comencé a tocarla con mi lengua. Pequeños toques en un principio. A medida que sentía como se humedecía más, abrí mi boca e introduje totalmente mi lengua, utilizando mis labios para acariciar sus labios externos. Sentía como se estremecía, seguí sin parar, cada vez más intensamente hasta que ella ya no aguantó más y se dejo llevar por un éxtasis indescriptible. Sus ojos se entornaban, su boca gritaba de placer, sus pezones apuntaban al cielo, su cuerpo se endurecía fuertemente hasta que sus manos tomaron mi cabeza y la presionaron con vigor hacia dentro. Entendí que estaba a punto de llegar y con mi boca probé su éxtasis con más fuerza, hasta que de pronto todo su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos se abrieron completamente. Un gemido salió de sus labios.

(Continuará...)

miércoles, julio 05, 2006

Una pausa y ya volvemos

Esta semana estoy sobrepasado. La próxima semana prometo tenerles buen material. Ya tengo varias cosas en mi cabeza. Aah y la cuarta parte de la historia tb. Así que paciencia nomas. Y no me abandonen que es sólo una pequeña pausa en el camino.