FINDE CHILL

Este fin de semana quiero pasarlo bien. El problema es que mi definición de pasarlo bien no tiene definición. Es una sensación que se produce en el mismo instante en que está sucediendo. Pues bien, cierto, hay expectativas, hay panoramas que se pueden presentar entretenidos, pero la verdad es que después de tantos años de panoramas fallidos, las proyecciones tienen sus indicadores por el suelo.

¿Y por qué este fin de semana es tan especial?, o diferente a los otros. Lo que pasa, es que por razones circunstanciales, sólo tengo para mí un fin de semana por medio. Y este es precisamente uno de esos. Y esta vez, quiero hacer algo que me haga sentir que lo pasé bien, que me haga tener cuento durante toda la semana siguiente. El problema es que no se qué hacer. Tratemos de analizar ciertos ingredientes mínimos que deberían existir:

1. Un lugar, ojalá un lugar bonito, bien pensado, con buen diseño, con buen “look and feel”. Por mi historia ya han pasado demasiados lugares piolas, bohemios, de mala muerte, en definitiva, feos, aburridos y con gusto a nada.

2. Buena música, pero no muy fuerte para poder conversar. Quizás con un sector para poder bailar, pero esto no es un “tiene que haber”.

3. Mujeres, algo muy importante. Muchas mujeres. Me declaro mujer adicto. Pero no cualquier mujer. Deben estar bien arregladas y poseer algún atractivo.

4. Una mujer, que me haga doler la guata. Y que tenga alguna posibilidad de conocerla y poder conversar largamente con ella. Y como bono extra, poder llevármela a otro lado.

5. Amigos, con los cuales poder conversar, mientras espero conocer a la mujer del punto anterior.

Existen al menos tres grandes problemas con lo planteado:

Los amigos que tengo (solteros) tienen gustos diferentes a los míos a la hora de decidir dónde ir. O me llevan a lugares extremadamente bohemios, en donde normalmente el tipo de mujeres que encuentro no son de mi tipo, o bien, me llevan a lugares en donde mujeres es lo menos que se ve.

La mayoría de mis amigos y amigas están casados, por lo que normalmente los panoramas a que me invitan son de casa o en pareja. Y como no tengo pareja, me da un poco de fastidio. También me pasa que normalmente no tengo con quien salir y no tengo la energía como para salir sólo.

No soy un galán de bar. Si veo a una mujer que me gusta, no tengo idea de cómo acercarme. Es curioso esto, pues siempre creí que se superaba con la edad. Pero no es así. Para esto hay que tener cierto angel que yo no poseo. Normalmente soy de aquellos hombres de los que las mujeres se enamoran (perdidamente) una vez que los conocen. El problema es que primero tienen que conocerme. Y no es que tenga mala pinta, todo lo contrario (al menos me doy cuenta que las mujeres me miran), es un asunto de actitud. Siempre he sentido envidia por aquellos que, estando en cualquier lugar, ven una mujer que les gusta y a los cinco minutos ya están conversando con ella.

Como se puede ver, finalmente, todo se reduce a un lugar de encuentro, pero no cualquiera. Un lugar en donde pueda tener la posibilidad de encontrar y conocer a una mujer que me “encante”. Y no se si ya estaré oxidado, pero no tengo idea de qué hacer para encontrar la oportunidad de conocer a una mujer así. Quizás, acceder a una de las tantas citas a ciegas que normalmente me están proponiendo. Pero, uff, nunca he tenido buenas experiencias en esto. O bién, esperar a que alguna pareja amiga, de esas del tipo celestinas, me arme un panorama en donde me presenten a alguien. Pocas probabilidades de éxito también.

¿Qué hacer entonces?. Aún no tengo la más mínima idea. Y los días pasan, y se acerca el fin de semana. Y juro que este fin de semana no quiero tener que quedarme en mi casa. Quiero pasarlo bien.


Como el Agua